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miércoles, 31 de enero de 2018

CÓMO SOMOS Y CÓMO NOS COMPORTAMOS

CÓMO SOMOS Y CÓMO NOS COMPORTAMOS

Al final somos solo producto de las heridas y golpes que uno ha recibido a lo largo de su vida. Somos también el resultado de las decisiones tomadas, esas que nos han hecho perder oportunidades y ser, a fin de cuentas, lo que hemos querido ser.

No podemos dejar fuera de esas variables lo que hemos vivido (eso que llamamos experiencias), porque, al fin y a la postre, no son los años sino los DAÑOS los que nos han hecho aprender a ser de determinada manera.

Dicen muchos teóricos (y no poseo sabiduría para rebatir su postura) que para vivir necesitamos RESILENCIA, palabra de nuevo cuño que resume nuestra capacidad de hacer frente a las adversidades de la vida y transformar el dolor para superar cualquier vicisitud.

No está mal ser “resilentes” para aguantar los embates de la vida, como no lo es estar al lado de quien valore nuestra presencia, de quien haga que nuestro tiempo (eso que es lo único que nos queda) valga la pena.

Porque al final uno no está para mendigar amistad tiene poco que dar y pocas oportunidades de acercamiento. Queda, en esa tesitura, valorar y admirar a los que están y desear suerte a los que se van, aunque, por muy fuertes que seamos, también necesitemos una mano, un abrazo y una voz que nos diga que el esfuerzo merece la pena.

Puede que las palabras de Hermann Hesse tengan más importancia de lo que se pueda pensar en un principio:


No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos viven tan irrealmente, porque creen que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su mundo interior manifestarse”.

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