MIS DÍAS

MIS DÍAS

Mis días suelen parecerse como si se tratasen de gotas de agua del mismo manaltial. Tienen los mismos ritmos, los mismos ritos, las mismas secuencias, las mismas actividades, el mismo escenario… Solo hay una variación en ellos, los hay malos, peores e inaguantables. Y, poco a poco, tienden al extremo, de tal modo que pareciera que se van eliminando los malos, algo es algo.

Hoy el “columpio” de esa diferencia está en el peor extremo. Ha tocado así. No quisiera, por tanto, entrar en juicios de valor ni en análisis de ningún otro tipo porque no sería justo.

Solo describiré un hecho, digamos que molesto como una mata de ortigas: El que fuera presidente el noreste peninsular está mostrando al mundo que la Península Ibérica solo tiene presos políticos (creo que unos 800, según sus datos) y soldados montados en tanques masacrando pobres criaturas indefensas y bienintencionadas. 

Según eso el “tiempo histórico” está como mi “tiempo personal”: desolado, triste, masacrado, …

La diferencia está en que él es un prócer tocado por una varita divina y yo un desahuciado sin ninguna importancia.