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lunes, 27 de noviembre de 2017

LO QUE HACE FALTA PARA QUE UN PUEBLO SEA AUTÉNTICAMENTE LIBRE

LO QUE HACE FALTA PARA QUE UN PUEBLO SEA AUTÉNTICAMENTE LIBRE

Un de los gritos de guerra y banderín de enganche del populismo nacionalista es la “lucha por la libertad”, o, si se prefiere, quitarse de encima la opresión que pretendidamente se dice que un pueblo ejerce sobre otro. Siempre ha sido así en todos los movimientos de este tipo desde que el mundo ha sido habitado por grupos humanos que querían diferenciarse (comparándose, claro está) con el vecino. De ahí que la salida a esa relación malsana siempre haya sido la guerra.


Los seres humanos olvidan su historia con facilidad e inventan aquella que mejor se adapta a los intereses de cada momento (los ejemplos pueden buscarse a lo largo del s. XX a lo largo y ancho del globo terráqueo) y, sobre todo, esto ocurre en momentos de convulsión y crisis.

Al respecto, Carlos González Pérez, en “La Danza de la Vida” nos dice algo muy aleccionador que quisiera copiar, porque sus palabras encierran toda una lección de vida:

"El egoísmo de los pueblos, como todo tipo de egoísmo, nace de la falta de autoestima. La prepotencia cultural pretende suplir esta falta de autoestima, sin percatarse que lo único que logra es mantenerla, además de generar múltiples conflictos con otras culturas.

El egoísmo de los pueblos sólo se supera superando éstos su pasado, mediante el autoconocimiento y la terapia de los traumas vividos; sólo así se puede iniciar el camino hacia la autoestima, que es garantía no sólo de mayor paz, sino también de generosidad con la propia cultura y con el resto de la humanidad: un pueblo que se ama a sí mismo es auténticamente libre, pues se ha liberado de las cadenas del egoísmo y de la prepotencia."


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