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domingo, 12 de noviembre de 2017

LO SIMBÓLICO

LO SIMBÓLICO

Una vez sabido que todo el lío en esta parte del mundo era un juego de unos pocos, con dinero de todos, eso sí, y que esos pocos tienen menos consistencia que brizna de hierba seca (unos porque son capaces de declararlo y otros porque huyen para no decir nada y seguir actuando), es hora de dejar la matraca en la que habían metido a la ciudadanía. 

No es que hayan fracasado en todo. No es eso. Han logrado dividir a la sociedad, la han radicalizado,  han sacado a relucir sus cuerpos de élite para armar follones, han conseguido deslumbrar a los creyentes, aumentar su número con mentiras y promesas imbuidas por sortilegios ancestrales…., vamos, que han hecho lo suyo, pero parece que el PARAÍSO prometido era un juego. Vaya tropa nos ha tocado.


De ahí mi título: TODO ERA SIMBÓLICO, nada era real y para ese viaje han montado unas alforjas que… nos darán que hacer. Pues para ese viaje no hacían falta alforjas.

De todos modos esa es la introducción para decir que ya está bien de la “matraca”. Los tambores son ahora para ellos, para que se expliquen, si tienen la decencia (que no tendrán) de hacerlo.

Mientras ha venido el frío propio de la época, pero no la lluvia (fuera de los lugares donde tradicionalmente no falta), se han incrementado las acciones contra las víctimas de acoso sexual (que no acabará mientras eduquemos como lo hacemos a las personas del sexo masculino) y se va logrando que las personas mayores (de más de 65 años) se vayan integrando en eso de las “tecnologías”.


Los sueldos siguen sin subir (incluso bajan) y tener trabajo no garantiza poder comer todos los días del mes; los inmigrantes no caben en los centros donde les metemos… y sigue habiendo fútbol.

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