TODO TIENE DOS CARAS

TODO TIENE DOS CARAS

Todo lo que nos acontece, lo que vivimos, lo que pensamos, lo que soñamos o lo que odiamos… todo, tiene al menos dos modos de presentarse, pero todo, a su vez, nos rompe el corazón de alguna manera, nos deteriora.

Se hace casi imposible explicarlo, quizá por la locura que nos proporciona el vivir, el discurrir por el tiempo, que en definitiva es a lo que llamamos vivir, pero la vida nunca se acaba de ver o sentir como algo justo con cada uno de nosotros. Quizá por eso la cultura social nos intenta enseñar (al menos hasta ahora) que se deben afrontar los acontecimientos, digerirlos como se pueda y seguir, aunque tengamos que remendar todas las zonas que nos permiten ver y analizar los hechos: pensamientos y sentimientos.

Hemos de reconocer que hay cuestiones más difíciles de recomponer que otras, por ejemplo LA CONFIANZA. Las ilusiones, aunque sean difíciles, pueden ser repuestas y, una vez logrado, se puede seguir soñando. Y hay que agradecer que sea así, porque sin sin ilusiones no hay sueños y sin sueños… NO HAY VIDA posible.

Algunos dicen que lo que es preciso recomponer es el AMOR, porque el no tenerlo indica que no aprovechamos la vida, pero ¿Se puede recomponer el AMOR sin CONFIANZA?. Creemos que no, como no se puede vivir con MIEDO.

Es posible caer y levantarse muchas veces, pero si abandonamos el miedo, si mantenemos la ilusión y los sueños. Es imposible hacerlo si perdemos la CONFIANZA o nos puede el MIEDO