NECESITO POCO

NECESITO POCO

Hace unos días utilicé una frase de Ángeles Caso, de un artículo publicado en La Vanguardia del 23 de enero de 2013. La frase estuvo presente en la red durante bastante tiempo y era el último párrafo de ese artículo.

Ahora me he hecho con todo el artículo del que forma parte dicho párrafo y la cita cobra una importancia aún mayor, quizá porque ahora dispongo de todo el contexto y del relato que da lugar a ese párrafo.

No es que sea nada extraordinario desde el punto de vista literario, pero lo es desde el personal, en la medida en que el artículo describe la serena sensibilidad de los sentimientos de la autora.

Digo que no es nada extraordinario porque a todos se nos han ido amigos y familiares del alma y casi todos tenemos amigos en ese “corredor” que es tener una enfermedad que anuncia un diluirse más o menos cercano. Quizá nos falte tener la cabeza de la que ella da muestras, las palabras con que lo expresa y la compañía de la cordura.

Como a ella, a algunos nos ha tocado poner las cosas en su “sitio”, porque ya hemos acumulado lo que podíamos acumular, dada nuestra capacidad, y también estemos en proceso de entender eso que llamamos “vida”. Por lo pronto las experiencias vividas dan para entender que los que normalmente se entiende como importante, no lo es, incluso las personas cobran una dimensión diferente. Que no hay fanfarrias que merezcan la pena, ni tan siquiera la atención que parece que se les da.

Vamos sabiendo que, efectivamente, la sociedad es “egoísta”, porque se desentiende de todo lo que no sea bienestar y “pasa” del malestar de algunos. Que la sociedad es cínica e hipócrita.

Aprendemos que más vale sentir y ser que tener.

Hoy comprendo y comparto más y mejor las palabras de Ángeles Caso y las hago más mías, lo que, en mi lenguaje, significa que las asumo y las “siento” como importantes.