SEGUIR

SEGUIR

El verbo seguir tiene muchas acepciones en el diccionario., pero de todas ellas la que me interesa resaltar aquí es la que hace referencia a PROSEGUIR, CONTINUAR, … en el camino o proceso en el que estamos.

No es tarea fácil cuando el estado inicial y actual no es el adecuado y cuando se “conoce” o “intuye” dónde nos lleva el camino y ese final sigue siendo digamos que angustiante.

Pero, a la vez, es algo inevitable que hay que asumir y mantener, a pesar de todos los pesares, porque no hay vuelta atrás, no existen atajos ni soluciones ni siquiera caminos paralelos.

Seguir así se convierte en la tarea de cada día, en la lucha contra el tiempo, en el caminar sin atisbo de  esperanza, de una alicortada razón de ser y existir, que es, a la vez, dura, triste, difícil, solitaria, sangrante y llena de dolor.

Luis Cernuda nos lo dejó dicho de este modo:

¿Volver? Vuelva el que tenga, 

Tras largos años, tras un largo viaje, 

Cansancio del camino y la codicia 

De su tierra, su casa, sus amigos, 

Del amor que al regreso fiel le espere. 

Mas, ¿tú? ¿Volver? Regresar no piensas, 

Sino seguir libre adelante, 

Disponible por siempre, mozo o viejo, 

Sin hijo que te busque, como a Ulises, 

Sin Ítaca que aguarde y sin Penélope. 

Sigue, sigue adelante y no regreses, 

Fiel hasta el fin del camino y tu vida, 

No eches de menos un destino más fácil, 

Tus pies sobre la tierra antes no hollada, 

Tus ojos frente a lo antes nunca visto.