OJALÁ
Ojalá que, celebrada la elección de ayer y a pesar de todos los pesares, algún político tenga visión política y no partidista y de una vez por todas todos tengamos el derecho a no ser discriminados nunca más en razón de nuestro origen y a conservar la igualdad desde la más absoluta de las libertades.
Quizá sea un sueño romántico, pero es lo que pido para salir de este teatro en el que hemos convertido la vida política en Cataluña. Los sentimientos (reales o creados ficticiamente) no tienen más solución que encaminarlos al raciocinio sin más mentiras, sin más leña, sin más discriminación y TODOS hemos de poner algo de nuestra parte.
En esta historia, más ficticia que real, me han fallado personas que mantenían relación familiar conmigo y si eso ha sido así con esas personas, imaginad con el resto, no hay ahora mismo nadie en quién confiar.
Es cierto que casi todo los destruido (empresas, ubicaciones, posiciones…) tienen arreglo. Nada está en ruina. Pero sí lo están las llagas de las personas, no es posible aguantar más. Hemos dejado el país en manos de cuatro bárbaros a punta de lanza y no se puede seguir callados, ni resignados, ni conformes, porque eso nos haría cómplices.
Ojalá cada uno ponga razón en su metro cuadrado y podamos salir de este nudo en en el que nadie sabe donde está la punta de la cuerda.
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