LA MEDIOCRIDAD COMO GUÍA

LA MEDIOCRIDAD COMO GUÍA

El periodista despedido de la Vanguardia no ha faltado a si cita semanal. Su aportación de hoy concluye con esta frase:  "Yo no quiero ser español, ni catalán, ni un equidistante del partido de los cínicos. Me conformaría con que me dejaran escribir, vivir y comportarme como un ciudadano que tiene el derecho --y como intelectual, el deber-- de no comulgar con ruedas de molino.”

Eso me lleva a algunas de mis aportaciones a este blog y, en buena lógica, a muchos de mis sentimientos. Resulta que aquí, donde vivimos ambos, se han reducido tanto las cosas y los pensamientos que solo parece que puede haber dos grupos: los que SI y los que NO, sin apreciar ningún punto intermedio o fuera de esa disyuntiva maniquea. Y eso es así, porque, como titula su aportación el periodista,: ESTAMOS EN EL TRIUNFO DE LOS MEDIOCRES.

El problema ahora es armonizar las posiciones, una vez cavadas las trincheras. Hemos de predicar, como dice Carlos González Pérez· que UNA COSA ES DISENTIR Y OTRA QUERER QUITAR LA RAZÓN AL OTRO

"Si "dialogamos" queriendo quitarle la razón al otro, éste nos tratará lógicamente como un ladrón, como un invasor de su espacio, y los argumentos en vez de ayudar a clarificar las cosas serán empleados como arma arrojadiza. Explicar nuestras razones no implica que tengamos que luchar contra las de los otros, éste es un principio democrático esencial."