ÍTACA FELIZ
Como era claro suponer, la Ítaca feliz, llena de prosperidad, que nos vendían ha resultado ser un campo … seco y sin vida en el que solo habitan fanáticos opresores sin alma, sin corazón y sin cerebro, en el que no hay más sitio que para la mentira y el oprobio.
Nunca más miraré siquiera para el lugar de donde vienen esas voces y procuraré que sigan sin merecerse ni una palabra más.
Sé que las palabras, por sí solas, curan o hieren a las personas. Cuidaré mis pensamientos para que no se conviertan en palabras, cuidaré mis palabras por si llegan a definir mi destino o a ser interpretadas por esos seres sin cabeza, sin más voz que la violencia, que habitan el territorio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario