JIRONES DE PENSAMIENTOS
Ya que estos días hemos vuelto sobre la esperanza, he recordado que VACLAV HAVEL dejó escrito que:
La esperanza no es lo mismo que el optimismo. No es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene sentido independientemente de cómo resulte”.
En muchas circunstancias esa espera de resultados es dura, muy dura, sobre todo cuando el margen de posibilidades se estrecha, pero…, al fin y al cabo, guardan los momentos especiales que uno vive o espera vivir, también las caras, acciones y palabras de las personas que uno ha conocido o va conociendo, esas que te enseñan que, aunque las lágrimas inunden tu cara, limpian otras cosas.
El optimismo estaría más cerca de lo escrito por Vicente ALEIXANDRE:
“Vivir es conservar la capacidad de entusiasmo, seguir vibrando por toda la vida que se siente alrededor y participar en ella”
No sé si por una u otra razón, quizá también por la educación recibida y por las experiencias acumuladas, no he sido propenso nunca a la sensibilería. Siempre me dijeron que eso era de débiles. Pero, llegados aquí, creo que si me quitasen la sensibilidad me quitarían la esencia de lo que soy, mi consciencia, mi modo de ver y valorar las cosas, mi vida interna, mis introspecciones, mi compasión por el dolor (propio y ajeno…), así que… soy o me he vuelto muy sensible, es mi modo de vivir y hacer del tiempo algo mío.
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