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martes, 6 de junio de 2017

PENSAMIENTOS SOCIALES

PENSAMIENTOS SOCIALES

Los tiempos modernos (perdón, posmodernos) con sus modas y su “todo da igual”, con el “no me da la gana” o el “porque yo quiero” y “yo también tengo derecho”, con sus snobismos educativos, con esos niños que son reyezuelos y tiranos y con esos padres que impiden cualquier experiencia a sus hijos y se creen cualquier cosa a falta de criterio personal que les haga razonar… ,nos están llevando a una sociedad se va idiotizando a marchas forzadas.

Hay hechos especialmente graves a mi entender en los que la incultura y el snobismo están siendo especialmente graves: la vacunación de los niños o el tratamiento de enfermedades a base de la denominada homeopatía o hacerles ser “veganos” desde el “destete”.

De las tres cosas hay ejemplos recientes especialmente significativos y de ahí estos pensamientos. Su origen está tanto en la presión de los que se denominan a sí mismo como “naturalistas”, como en la moda y en la incultura de los padres, madres y demás parentela.

La homeopatía, que está en el trasfondo de todo ello está considerada por la OMS como una pseudociencia inútil en la cura de enfermedades al no contar con ningún aval científico. Es cierto que la más de las veces es un placebo sin consecuencias, pero cuando se aplica a un enfermo de verdad sus efectos son … desbastadores. 

Ahí está el caso del niño italiano con otitis, por ejemplo, fácilmente curable por vía médica, pero muerto por la cabezonería de sus padres o ahí está el brote de sarampión en España por unos pocos padres que se habían negado a vacunar a sus hijos, según ellos con todo el derecho a hacerlo (a negarse a vacunar a sus hijos) sin pensar que su decisión podría afectar al resto de la población

Ambos hechos muestran la sinrazón y la credulidad de los progenitores, aparte de que olvidan todos los estudios e informes que son al caso, como por ejemplo los emitidos por la Asociación Española de Pediatría.

En España también se ha salvado a un niño de corta edad al que sus padres solo le alimentaban como “vegano” porque era, según ellos, la forma más natural de hacerlo, sin hacer caso ni a pediatras ni a médico alguno que “intentaban envenenar al niño” al defender que un niño debe comer de todo para facilitar su desarrollo.

Hay colectivos para todo, está claro, pero nunca tan persistentes y cabezotas como ahora: el niño “vegano” no ha muerto, pero no será nunca el niño que podía haber sido.

En el mundo que más información tiene, parece que proliferan los seres que menos información manejan. Una pena.



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