EL MIEDO QUE NOS INVADE

EL MIEDO QUE NOS INVADE

Juan Ramón Jiménez dejó escrito esto:

“¡No corras, vete despacio,

que a donde tienes que llegar

es a ti mismo!”.

Y así lo creo, que no es necesario apartarse a lejanos rincones, dejar la vida habitual o lo que sea en lo que nos ocupemos… sino reflexionar de modo reposado sobre nosotros mismos y eso lo tenemos cerca.

Lo mismo pienso de la historia y de las relaciones sociales. La historia recoge la experiencia de los que nos precedieron y olvidar eso, todos sabemos dónde nos lleva.

Esos dos puntos vienen que ni pintados en estos días convulsos que estamos viviendo, como regalo de unos pocos o unos muchos “iluminados” y “fanáticos”, dispuestos a despreciar a toda una nación y, muy especialmente, a sus conciudadanos, esos que han ayudado también a construir la historia de este territorio desde el que escribo.

Esos iluminados fanáticos no asumen los esfuerzos realizados por las generaciones anteriores y las relaciones de equilibrio y convivencia que nos habíamos dado o que habíamos construido para ser CIUDADANOS de un territorio. Para hacerlo se han olvidado de los individuos y de la sociedad y han dado valor al territorio (lo cual es una atrocidad) y viven, sin razonar, sobre un par de “mantras” falsos que nos quieren imponer para que dejemos de ser nosotros mismos.

Da miedo que esos fanáticos e iluminados dirijan nada, organicen nada, solo valen para dar cabezazos y romper la historia y los derechos de los individuos.