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lunes, 25 de septiembre de 2017

EL FANATISMO

EL FANATISMO

La situación social que se está viviendo en algunos lugares hace pensar que discutir (razonar) con un fanático es perder el tiempo y acabar desquiciado, porque al fanático no le importa ni la verdad ni la realidad, porque solo piensa en la victoria de su fanatismo, por encima de la amistad o la comprensión. Debe ser que el fanatismo insensibiliza algo más que el cerebro, también los sentimientos o al revés, primero los sentimientos y después el cerebro.


Eso provoca algunas cautelas, por ejemplo que es mejor evitar algunos lugares, o evitar a algunas personas o cerrar algunas puertas. Lo primero (evitar lugares) porque es mejor cuidarse, lo segundo (evitar personas) porque es mejor protegerse y lo tercero (cerrar puertas) porque al final uno debe de quererse a sí mismo también y si discutes acabas pensando que el otro u otros solo te creen escoria.


El fanatismo es un seguimiento ciego de una doctrina de un modo pasional para lo que es necesario que el individuo pierda cualquier sentido crítico. En ese sentido creo que es un peligro social grave y tanto me da que se hable de fanatismo político, como del religioso, deportivo o del tipo que sea.

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