Seguidores

lunes, 28 de agosto de 2017

PENSAMIENTOS

PENSAMIENTOS

Se acaba agosto y con él el período más típicamente estival y de vacaciones. En mi caso marca también la cota final de mi vida laboral: el día 1 de septiembre hará un año de ese hecho.

No ha sido un buen año, por más que el trabajo no me haya apretado. No lo ha sido desde el punto de vista biológico, pero tampoco en el social y el psicológico, pues pareciera que uno pasa de ocupar un puesto en un lugar a quedarse sin lugar siquiera, no solo sin puesto. Y biológicamente, pues el problema que me llevó a la jubilación ha acabado conmigo y con mis fuerzas con rapidez, hasta hacerme dependiente de un lugar, un espacio y de la ayuda de los demás.

No es un buen panorama, pero un período así da para aprender muchas cosas. Por ejemplo que toda explicación es un error que profundiza aún más la incomprensión, que cansa ser un mismo, con sus convecciones y su educación o que estar vivo da la sensación de que siempre es el precio de algo y, quizá, que en un momento de la vida nuestra expresión y nuestra visión de la vida la tenemos detrás, que es hacia donde miramos con desesperación y no solo porque lo que nos quede sea ya solo historia, sino porque allí, en el pasado, quedaron nuestras fuerzas, esas que ahora necesitaríamos.

También que a veces nos empeñamos en cosas tontas, por ejemplo en encontramos a nosotros mismos, cuando lo que importa es construirse uno mismo o que todo debería ser más sencillo si no fuéramos tan imbéciles o tan pedantes de hacerlo difícil y, por supuesto, que lo más importante de la vida están en el camino para lograrlas, no en su consecución.


Una entrada así no refresca nada el ambiente, pero… desahoga y nos sitúa en un nuevo período. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario