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viernes, 18 de mayo de 2018

MIRANDO POR EL ESPEJO RETROVISOR

MIRANDO POR EL ESPEJO RETROVISOR

Hay circunstancias en la vida en que nos es difícil (y doloroso) mirar hacia delante. En esos momentos es bueno contar con un buen bagaje de vivencias y recuerdos, porque para ubicarse es necesario regirse por el espejo retrovisor, esto es, por lo pasado, por los recuerdos… ya que el futuro está vedado.

Muchas de las veces será difícil situar en el tiempo y en espacio cada uno de esos recuerdos, pero, en cualquier caso, sin ellos no podríamos aguantar ni seguir luchando.

Yo tengo muchas fechas aún, por más que lleve ya dos años completos encerrado, fuera, por lo mismo, de dotarme de nuevas experiencias. Son fechas que llevan de todo, sonrisas y lágrimas, otras que ahondan en lo que soy hoy o que me siguen apretando el estómago o que hacen surgir una sonrisa. Todas son mías, hoy con más fuerza que nunca.

Ellas me llevan a recordar viejos poemas, juveniles unos y más maduros otros, pero todos encerrando significados que solo esas palabras y yo sabemos descifrar. Sueños, recuerdos, palabras… todo forma parte de mi.

Al respecto recordaré una que creo que viene al caso. Se trata del Soneto X de Garcilaso de la Vega (1501-1536), escrito en 1534 y en homenaje a Isabel Freyre, de la que estaba enamorado:

Soneto X

¡Oh dulces prendas, por mi mal halladas,
dulces y alegres cuando Dios quería!
Juntas estáis en la memoria mía,
y con ella en mi muerte conjuradas.

¿Quién me dijera, cuando en las pasadas
horas en tanto bien por vos me vía,
que me habíais de ser en algún día
con tan grave dolor representadas?

Pues en un hora junto me llevaste
todo el bien que por términos me distes,
llevadme junto el mal que me dejaste.

Si no, sospecharé que me pusiste
en tantos bienes porque deseaste
verme morir entre memorias tristes.

Garcilaso de la Vega


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