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domingo, 27 de mayo de 2018

LA ESPERANZA

LA ESPERANZA

Sobre este tema hay demasiadas entradas, quizá porque es lo más presente en el discurrir de mi vida. 

No entraré, pues, en mi visión o mi actitud ante ella. Creo que he dicho todo cuanto puedo decir y sentir al respecto y haré como otras tantas veces, acudir a mejores palabras, a más sensibles actitudes, a mejores sentimientos, esta vez de la mano de M. Hernández, que tuvo que agarrarse a ella para no morir antes de tiempo.


PINTADA NO VACÍA 

Pintada, no vacía: 
pintada está mi casa 
del color de las grandes
pasiones y desgracias.

Regresará del llanto 
adonde fue llevada 
con su desierta mesa 
con su ruidosa cama.

Florecerán los besos 
sobre las almohadas. 
Y en torno de los cuerpos 
elevará la sábana 
su intensa enredadera 
nocturna, perfumada.

El odio se amortigua 
detrás de la ventana.
Será la garra suave. 
Dejadme la esperanza,
dejadme la esperanza.


(Miguel Hernández: Pintada, no vacía)

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